Sobre mí
Nací en las tierras tropicales de Tabasco, en Villahermosa, para ser exacta. De nombre me llamaron Lucila María (sí, así bien telenovelesco). “Lucila” por mi madre, “María” por mi abuela materna. Por mi padre soy “Balam”, por mi madre “de la Vega”. Aquí hago un paréntesis y cito un fragmento de un poema de Carlos Pellicer (Esto soy/1897) que dice:
“Nací de olmecas y mayas,
y gente española de la montaña y el mar.
Por eso
las cosas saben más de mí
que yo de ellas.. ”
La última hija de una familia donde ya habían tres varones, deseada y esperada. Mis primeros años los pasé en Tabasco, crecí jugando en la calle, con los vecinos en las colonias aledañas, crecí cuestionando casi todo a mi alrededor, en un inicio era una niña dulce y tierna, luego un poco rebelde y latosa. Mi madre me enseñó a leer desde muy pequeña. Fui a escuela católica desde siempre, de “monjas”, donde comenzaron muchos de mis cuestionamientos pero también de lo que fui y soy. Porque nada es absoluto, ni completamente malo o bueno, ahí conocí a mucha gente valiosa maestros y religiosas y grandes amig@s.
Desde pequeña, viví lo que es ser niña, y tener que “apegarse” a lo que la sociedad marca como “correcto” por el simple hecho de nacer mujer. Nunca me cuadró, entonces nunca lo acepté, pues soy como quiero ser, camino donde quiero ir.
Fue un poco complejo elegir carrera, me gustaban muchas cosas, ciencias, sociales, artes… al final, elegí Biología, estoy convencida que fue de mis mejores decisiones, y que todo lo demás que me apasiona lo puedo aplicar en donde vaya y en todo lo que haga.
Siempre quise estudiar en el “DF”, en la UNAM, me ilusionaba la idea y sabía que era capaz, pero no fue fácil salir del terruño y emprender aventura, sobre todo por ser, la última hija, “la niña”, que resultó muy “pata de perro”. Así que comencé a estudiar en la UJAT, donde conocí grandes profesores, amigos entrañables, sin embargo mi alma seguía inquieta, pues mi sueño era otro. Al final, lo hice, no pedí permiso, no pedí opiniones, solo lo hice, aprendí que así tienen que ser las cosas cuando uno persigue un sueño. Solo requieres confianza.
El sueño resultó un nuevo reto, una magnífica experiencia, nada sencilla, nada fácil, pero sumamente gratificante. Una gran ciudad, tan agradecida con la vida, con mi alma mater.
Ahí encontré el amor, no lo esperaba, sólo llegó, y se quedó…
En el ámbito profesional, pasé por muchos muchos lugares, aprendizajes, grandes experiencias, mientras estudiaba disfruté dar clases y aprendí del “trabajo duro” en una tienda de conveniencia, estuve en una asociación civil, trabajé como consultora y también fui funcionaria pública en el gobierno (ufff aquí sucedió de tocho morocho, luego les platico). En realidad cada una de estas experiencias, marcaron algo profundo, porque siempre vivo así, aprendiendo.
Pero, ahora que lo pienso, hasta ahora, solo he platicado, dónde nací, cuál es mi nombre, qué carrera elegí y dónde he trabajado.. pero, no les he dicho quién soy… y bueno, debo confesar que es complejo describir eso, así que…

Entonces, ¿Quién soy?
Soy un espíritu libre, un alma inquieta,
corazón inspirado y locura permanente.
Optimista empedernida, imagino posibilidades
Poco convencional, intensísima en mi actuar,
a veces de corta mecha, pero noble corazón.
Con mis sentidos conecto, el mundo tal cual exploro,
Bióloga de profesión, apasionada de todo.
De una nariz mas bien chata, fructíferas mejillas,
latosa bastante diestra, robándote una sonrisa.
Distracción como flaqueza, impulsiva y obstinada,
con un dejo de orgullo y para nada ordenada.
Me entusiasman las rimas, y escribir con sentimiento,
sociable aunque en realidad disfruto mucho el silencio.
Admiro la sencillez, pero la integridad sobre todo,
las almas nobles reconozco, son regalos valiosos.
A veces toco el violín, escribo muy a menudo
creo que la bondad bien puede salvar el mundo.
Esto es un poco de mí, un poco de lo que soy,
que comparto con el mundo a donde quiera que voy.