Mamá

Jefa

Mamá

(Noviembre, 2012. La Balam)

Mamá fue una persona excepcional, era mi mamá y era única.

Mamá se fue muy de pronto, no dio tiempo de muchas cosas, pero tuve la fortuna de disfrutarla al máximo.

Mamá era estricta, de mecha corta, pero de corazón grande, así que un abrazo y una sonrisa bastaban para quitarle el enojo.

Mamá era médico, terminaba la carrera y educaba a dos hijos, luego en Villahermosa, prefirió ejercer poco y estar con nosotros todo el tiempo.

Mamá me enseñó a leer, cuando entré a la escuela por primera vez, yo ya sabía leer con fluidez, gracias a ella.

Mamá era una persona que vivía con el ritmo del D.F., en una ciudad pequeña, era acelerada y le gustaba aprovechar todo el tiempo posible para cosas productivas. Pero siempre se tomaba un tiempo para sentarse a platicar conmigo, invitarme un helado y preguntarme cómo iba todo.

Mamá disfrutaba de un buen café negro, de cafetera (ahora entiendo muchas cosas) y de vez en vez, se fumaba un cigarro con su café.

Mamá tenía una tienda de abarrotes, era la mujer que mejor he visto administrar las cosas y de buenísima mano para los negocios.

Mamá me enseñaba valores sin hablarme de ellos, yo la vi hacer muchas cosas por los demás, sin necesidad de decirnos nada.

Mamá confiaba absoluta y ciegamente en sus hijos, y para ella no había imposibles en nuestros sueños.

Mamá me abrazaba y me besaba mucho. Me levantaba con un beso todas las mañanas.

Mamá me habló sin temor de sexualidad por mi curiosidad y mis preguntas, ella nunca se espantó con ellas. De manera habitual explico cosas que para mi fueron “perfectamente naturales”. Ella habló alguna vez con mis amigas, cuando  tenían dudas.

Mamá decía que yo no me dejara molestar en la escuela (pues eso pasaba de vez en cuando), me enseñó a que nunca agrediera a nadie, pero tampoco me dejara de nadie, que era algo muy distinto.

Mamá era dura con nosotros cuando tenía que serlo, cuando más dura era, más preocupada estaba por nosotros (se lo agradezco infinitamente).

Mamá tuvo muchas carencias de niña, tanto económicas como afectivas. Ella dijo que no quería que a nosotros nos faltara cariño y diálogo, así que ella era distinta. Nunca nos faltó nada, pero tampoco nos daban todo, había que ganarlo (le agradezco esto también en demasía).

Mamá tenía buen tino con la chancla, así que cuando no te daba, era sólo un “estate quieto”, que era bien recibido jejejeje.

Mamá dado a este buen tino, ganaba siempre en el juego de los globos de las ferias, ése de los dardos. Ganaba juguetes para nosotros.

Mamá cocinaba delicioso. Sí, todas las mamás cocinan así, pero su sazón era único. Nuestros amigos hacían cita para comer sus famosas milanesas.

Mamá bromeaba mucho con nosotros, particularmente con Josué y conmigo que siempre fuimos más cercanos a ella.

Mamá tenía muchas amigas, y le gustaba salir a tomar café con ellas (ahora lo entiendo jaja).

Mamá siempre estuvo orgullosa de todos sus hijos y aunque no vio todo lo que hemos hecho, sabía que podíamos hacerlo.

Mamá siempre fue mi mamá, pero también mi confidente y mi todo.

Mamá no podía dormir si estaba preocupada o molesta, de hecho, de por sí dormía poco.

Mamá a veces se estresaba, y cuando sucedía, nos llevaba a Josué y a mí al centro, a “rolar” nos compraba un helado, ella tomaba café y platicábamos.

Mamá tenía artritis, y había días que sufría mucho, a veces lloraba, en las noches para que no la oyéramos.

Mamá se quejaba poco y hacía mucho, por tanto, esperaba lo mismo de ti.

Mamá era el núcleo de todo, cuando ella se fue, las cosas no fueron igual, y la familia se separó un poco.

Mamá nunca se olvidó de donde venía, y siempre trataba de ayudar a la gente.

Mamá me dio grandes lecciones de vida. Como un día en el centro, me llevó a la panadería, me dijo que escogiera todo el pan que me gustara y que quisiera. Luego salimos, y me dijo en voz baja: -Entrégale la bolsa de pan a ese anciano que está acostado en la calle, acércate, saluda y dásela-. Yo lo hice en automático sin chistar. La voz de ese hombre, su gratitud en sus ojos, su mano en mi mano y sus bendiciones, me marcaron siempre. Mamá de regreso a casa no dijo nada, no fue necesario.

Mamá me llevaba mucho al cine, no había en ese entonces, cinépolis, ni cinemex ni esos complejos tan famosos ahora. Era los viejos cines con permanencia voluntaria, a veces nos quedábamos más de una función.

Mamá era tan acelerada que, por andar siempre corre y corre se caía muy a menudo, nada grave, pero nosotros le decíamos que su hobby era caerse, a ella le causaba gracia y concordaba.

Mamá se dio cuenta que me gustaba un vecino, cuando tenía yo unos 11 años, salíamos a jugar con varios niños de la cuadra. Cuando papá se puso celoso, ella era la que me dejaba ir a jugar.

Mamá se despidió de mí en un sueño.

Mamá hubiera deseado que mi papá estuviera bien y feliz, por eso como hijos, lo apoyamos en todas sus decisiones y hacerle su vida ligera y feliz.

Mamá me enseño sin querer lo que es la empatía, la compasión y el amor incondicional.

Mamá me hace falta cada día, pero también la siento presente, mamá era una gran persona, era una bella mujer, era… mi mamá.

Safe Creative: 1907311593537 
Licencia: Todos los derechos reservados

Mamá(c)La Balam

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s